Lo que el ojo web
Un juzgado de Murcia ha condenado al conductor de un turismo que circulaba de forma temeraria por la autovía A-30 tras ser difundidas las imágenes por un particular en una red social. La pregunta es obvia: ¿Pueden denunciar los ciudadanos a otros que cometan irregularidades con grabaciones?
Es decir, si mañana un vecino está harto de que estacionen delante de su garaje, ¿puede efectuar una grabación y presentarla ante las autoridades?, por poner un ejemplo. Si un turismo suele pasar con velocidad excesiva por determinada calle, ¿se puede hacer lo mismo? Son meros ejemplos, cuyas respuesta, aplicando una ‘regla de tres’, serían afirmativas con lo sucedido.
Que conste que no me parece tan mal esa vigilancia ciudadana, pues, según tengo entendido, el autor de esa conducción temeraria decía en un primer momento que era él quien sufría el acoso del otro vehículo. De no ser por las imágenes, hubiese quedado en la palabra de uno contra otro y, por tanto, en nada. En este caso, los ocupantes del vehículo acosado hicieron muy bien en recurrir al arma de grabar las peligrosas maniobras del turismo y no caer en arriesgadas tonterías.
Internet no es algo nuevo, pues lleva ya más de dos décadas enraizado en la sociedad y cuenta con cientos de millones de usuarios, habiendo cambiado de forma radical numerosos hábitos. En el caso de la A-30, el vídeo tuvo enseguida más de millón y medio de reproducciones, pasando después por casi todas las televisiones nacionales. Sin embargo, si vamos a la esencia del asunto, no creo que un hecho ilegal tenga que ser viral para merecer la atención de la justicia, con lo que se ha abierto una puerta. Quizás ya estaba abierta, pero ahora se ha popularizado y no será de extrañar que en breve surjan los ‘policiudadanos’.
Existe una serie televisiva llamada ‘Inteligencia colectiva’ en la que la comunidad internauta colabora de forma masiva en la resolución de crímenes. ¿Podemos estar dando los primeros pasos hacia esa situación que ahora parece ficción? El siglo XXI tiene la respuesta, para bien o para mal en este mundo en el que todo no es ‘ferpecto’.