'Crimen sin castigo'
"Los crímenes más execrables deben ser los que más firme respuesta obtengan del sistema judicial. Sin embargo, si usted ha sido víctima de uno de ellos, quizá ya sepa que existe una ley de mayor rango que la Constitución. Es la ley del mínimo esfuerzo.
Uno de los fundamentos de la existencia de una ley del jurado en nuestro país es que aquellos delitos que, en principio, causan mayor repulsión, sean juzgados directamente por la ciudadanía. De este modo, el papel del juez profesional queda limitado a dirigir el debate, redactar y fundamentar la sentencia. Serán los ciudadanos quienes juzguen los hechos, decidirán si los creen probados o no, así como si encuentran al acusado culpable o no culpable.
El razonamiento, sobre el papel, no puede ser más brillante. De este modo el homicidio, las amenazas graves, los delitos cometidos por funcionarios o el allanamiento de morada son juzgados directamente por el pueblo, sin intermediarios. Parece comprensible que así sea, pues estos delitos tienen como víctimas no sólo a los perjudicados, sino también al conjunto de la sociedad. Sin embargo, el brillo del razonamiento se va por el sumidero cuanto lo llevamos a la práctica.
Lo cierto es que iniciar un procedimiento con jurado es harto trabajoso y complejo. La administración de justicia, con sus limitados medios, está perfectamente entrenada para que esto no suceda. A menos que sea inevitable. De este modo, los allanamientos de morada quedan impunes en la práctica totalidad de los casos. Si el intruso comete la torpeza de llevarse un mísero cortauñas, todo el peso de la ley recaerá sobre él. Habrá cometido un hurto o robo, delitos que son juzgados por jueces profesionales, por lo que será encausado por ese hecho con toda seguridad. Mas si tan sólo ha entrado en morada o local ajenos, sin causar graves daños, sin herir a nadie, ni sustraer nada, el derecho a la inviolabilidad de su domicilio no será el único que usted vea ultrajado. Su derecho a recibir una tutela judicial efectiva también lo será, pues con tal de no formar un jurado, este repugnante delito quedará impune.
No tiene sentido tener una Ley del Jurado si más que para otorgarle una potestad a la ciudadanía, sirve para limitar sus derechos y reducir la salvaguarda que tienen los bienes que jurídicamente son merecedores de protección. No tiene sentido que quienes trabajan en la administración de justicia tengan que defenderse de la falta de medios materiales, humanos y presupuestarios desprotegiendo a las víctimas. Conviene revisar la ley del jurado. O se dota de medios a la justicia, o que se derogue".
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