¿Subvencionar a mi banco?
A todos nos encanta que nos 'subvencionen': al fútbol de mi ciudad y al de mi barrio; al grupo de teatro aficionado de mi pueblo; a esas asociaciones caritativas y solidarias de la iglesia, o laicas; al asilo de ancianos…. Pero organizaciones empresariales han protestado ante la propuesta de un grupo político de suprimir las aportaciones institucionales para ellos… y para los sindicatos.
Personalmente no tengo quejas significativas contra 'mi' banco, con el que 'resido' desde hace 55 años, cuando, recién terminada mi carrera, me concedieron un crédito de 70.000 pesetas. Nunca lo he olvidado, nunca los he abandonado…
Pero 'mi' banco, 'mi' tienda; 'mi' TV (no la oficialista, claro); 'mi' comunidad de propietarios, eetcétera etcétera, se financian a través de su trabajo, de sus negocios, de mis cuotas… No puedo imaginar que la tienda de comestibles solicite (¡y reciba!) uUna subvención oficial. Otros vecinos y yo, la sostenemos.
Es absolutamente normal que las asociaciones empresariales participen en las corporaciones públicas que deseen, libre y voluntariamente, sin confiar en recibir más por lo que perciben de ellas que por lo que aportan…
Estos argumentos son trasladables, en los mismos términos, en relación a las organizaciones laborales representativas...