'Etnias'
La comunidad gitana en la barriada de la Virgen de la Caridad participa activamente en la vida social del barrio. Sin embargo, su integración plena aún no se ha logrado, quizás porque no se ha planteado seriamente cómo abordar este proceso.
Aunque en los centros escolares hay profesionales comprometidos, todavía existen ciertas barreras que dificultan su acceso a la enseñanza y a otras oportunidades laborales.
Es cierto que algunos casos aislados pueden presentar dificultades, pero eso no significa que haya que rendirse. El apoyo familiar y la motivación personal juegan un papel clave en el día a día de la comunidad.
Su cultura no se perderá, pero es importante encontrar un equilibrio entre la preservación de sus costumbres y la integración en la sociedad. Al igual que ocurre con otras comunidades, como la Latina, Magrebí o Europea, debemos fomentar la convivencia y el respeto mutuo, promoviendo una integración real sin perder la esencia de cada identidad cultural.
Del mismo modo que es necesario explicar a las familias que vienen de otros países, como los latinos, cuáles son nuestras costumbres y valores dentro de la cultura europea sin que ello signifique que pierdan su identidad, lo mismo debería aplicarse a la comunidad gitana.
Es importante hacerles ver que la integración no implica renunciar a su cultura, sino adaptarse a ciertos hábitos de convivencia que benefician a toda la sociedad.
Costumbres como salir a la calle en pijama o batín, asistir a las consultas médicas o desplazarse a los comercios de la zona, dejar las bolsas de basura en la puerta o tirar desperdicios en la vía pública no forman parte de una identidad cultural, sino de normas de convivencia que todos debemos respetar para mejorar la calidad de vida en el barrio.
La integración debe basarse en el respeto mutuo, fomentando la convivencia sin que nadie sienta que pierde su esencia o su identidad.