‘Garbanzos negros’
Los hay en todas las profesiones, incluido el periodismo, pero, quizás, choca o duele más que también estén en los profesionales de los que depende el orden y la justicia en nuestra sociedad. Haberlos haylos. Son minoría y no deberían empañar a sus gremios, pero (tristemente) lo hacen.
En las cerca de dos décadas que llevo en el mundillo de sucesos y tribunales he tenido la oportunidad de ver de todo o, al menos, de mucho. La mayoría de cosas son buenas y he tenido la grata oportunidad de conocer a muchos grandes profesionales, pero, como en botica, también he tenido oportunidad de coincidir con algunos que dejan bastante que desear. ¿A qué viene ponerme ahora a escribir de esto?, pues a que quiero plasmar una sensación que me ha dejado este mundillo, la de que depende mucho de la persona representante de la autoridad que te toque, ya sea para atenderte después de sufrir un delito hasta la justicia que se aplicará después al delincuente o a una reclamación económica que para uno es crucial y para los que resuelve se trata de un procedimiento más. El factor humano afecta y ya son cada vez más los que van diciendo que es ‘como una lotería’.
Unas veces por testimonios de otros y otras por la propia experiencia, sé de policías soberbios, de abogados que se desmarcan en pleno procedimiento y de jueces que buscan méritos por encima del asunto que juzgan. Son sólo ejemplos de bastantes que podría poner. No entro en actitudes ilegales, en absoluto, sino en actuaciones ‘normales’ en las que la víctima es la que sale perjudicada. Voy a poner un caso en primera persona que creo que refleja con claridad lo que pretendo. Me robaron de mi coche un teléfono móvil y una cámara de fotos. Denuncié en el cuartel de la Guardia Civil indicando que sabía dónde estaban por el localizador del móvil. Nos dijeron que no irían a esa dirección y que ya lo recuperaría cuando lo fueran a vender en una tienda de segunda mano. Han pasado cinco años y ni cámara ni móvil. ¿Se hace todo lo que se puede por el ciudadano? Otro problema lo tuve con un juez. En ambos casos me quejé a instancias superiores y me respondieron que no debía calificar a todo el gremio por sendos ‘garbanzos negros’. De acuerdo, ‘el cocido tiene muchos más garbanzos’, pero esta oscura minoría hace un enorme daño a la imagen que va teniendo la ciudadanía de nuestros cuerpos de seguridad, de nuestros abogados, de nuestros fiscales, de nuestros jueces, de nuestros funcionarios judiciales… Vamos, de los que, cada uno en su terreno, pagamos por protegernos y salvaguardar nuestros derechos. También hay responsabilidad en los superiores a todas las escalas.
Están dañando la imagen social de los buenos trabajadores, que son muchos y a quienes sólo me cabe agradecer su profesionalidad y humanidad, atributos que también van en la persona.
Todo lo que digo, como es obvio, es perfectamente rebatible, pero reitero que son muchos los casos (propios y ajenos) que han generado en mí esa sensación, de la que, posiblemente, esté equivocado y resulta que todo está ‘ferpecto’. Ojalá fuese así.