El carnaval de febrerico el corto
La fiesta de plumas y disfraces, la de mayor expansión por las poblaciones de nuestro municipio dentro de las tres grandes fiestas cartageneras, sigue yendo a más, ahora con nuevo ‘capitán’. Este año ha vuelto a celebrarse en sus fechas con un notable como buena nota, pero mejorable.
Cartagena de Hoy (Cartagena de Fiestas) es el periódico con mayor presencialidad en esta fiestas (y en tantas otras) y no lo decimos por el capítulo fotográfico, sino porque acudimos con periodista para ofrecer bastantes artículos redactados que cuenta a los lectores (es decir, a la sociedad cartagenera) lo que vemos de lo que se ofrece. Para poner tres fotos y decir que todo es precioso no haría falta ir (tampoco sería una información rigurosa ni daría caché a esta fiesta), pero creemos que el Carnaval de Cartagena es una gran fiesta y, como tal, desplazamos redactores, lo mismo que hacemos con Semana Santa y Carthagineses y Romanos. Es más, quizás sea de las tres fiestas la que más capacidad de integrar a las nuevas generaciones sin perder a las mayores. La prueba es que la pandemia dañó a varios grupos y comparsas, pero con la misma facilidad con la que unas se van otras se han creado o reaparecido.
Ése es un dato del cajón de lo bueno de esta edición, al igual que un pregonero con carisma y gracioso (es secundario que sea con un famoso, lo importante es que sea un pregón de fiesta) en la calle. También entran en el mismo saco la alta participación en los desfiles (incluido el de clausura), el nivel en los concursos, el buen orden de puesta en la calle del gran pasacalles y la puntualidad horaria en el inicio de más de la mitad de los actos oficiales (los retrasos excesivos siempre son falta de respesto a los que ya están en el lugar fijado), al igual que tener varios lugares para sus propuestas, como han sido la plaza del Ayuntamiento, pabellón de Wssel de Guimbarda, pabellón de Jiménez de la Espada, El Batel y Plaza Mayor (puerto). La proyección del carnaval con la televisión autonómica también ha sido muy buena.
Luego está ‘lo mejorable’, que no significa que sea ‘lo malo’. Por ejemplo, Don Carnal y Doña Cuaresma deberían tener más protagonismo durante los 12 días del Carnaval (se dijo que iba a ser así pero no se ha percibido) y sus gastronómicas ‘pelotas y tetillas’ de la jornada final se deben entregar durante la pasarela de premios, no después de la quema de las figura de Carnal, pues después casi nadie quedaba en la fría noche de puerto. Dado que es febrero y se está junto a la bocana, no estaría de más que la carpa se pudiera cerrar. No fue un error evitar la calle Mayor en el desfile grande, pero sí no haber medido antes las carrozas y el espacio para girar entre las calles del Aire y Cañón. No es que sea un asunto como el de ‘los trenes de Asturias’, pero se deben revisar (metro en mano) los recorridos. También hay otra petición. Para el único periódico que acude con redactor se le debería habilitar un asiento en determinados actos. Lo digo por mí, pues en ocasiones hay que estar tomando notas en pie mucho tiempo. Lo hemos pedido varios años sin resultado. Sus motivos tendrán.
Fuera del programa están las chirigotas de calle de los grupos no apuntados en el concurso oficial. Dos ediciones llevan en ese papel ‘Los singuangos’ y ‘Los de febrero’. Al margen de los motivos que les han llevado a salir del terreno oficial, gusta mucho escuchar esas coplas burlonas en la calle sin presión oficial, pues las letras son más ‘bordesicas’ aún. En Cádiz, por ejemplo, son tan populares las chirigotas de calle como las del concurso en el teatro Manuel de Falla, siendo un gran aliciente para los turistas.
Luego está el asunto de conseguir la declaración del ‘Interés nacional’ para el Carnaval de Cartagena. Se ha dado un pasito, pero (lo mismo me equivoco) falta más, comenzando por la propia organización de la federación con una persona que sepa ‘mandar condumio’ a los medios de comunicación, ‘menear’ las redes sociales de forma constante y montar un buen dossier. Lleva su tiempo, necesita su formación y se debería llevar en exclusiva, sin mezclar con otras funciones. No basta con saber que este carnaval de Cartagena merece la pena ser visitado ni decir que se quiere ‘el sello nacional’. El escaparate es lo que domina este siglo XXI y lo que hay que hacer es crearlo.
Lo bueno en el Carnaval de Cartagena 2023 ha superado a lo mejorable y tenía ganas de apuntarlo haciendo valer que Cartagena de Hoy (Cartagena de Fiestas) no se limita a dar cobertura sólo con fotos. Seguro que hay mucho más entre bastidores (tanto bueno como no tanto) que no sabemos, pero sólo con lo visto, se puede decir que tenemos una gran fiesta, tanto que tiene hasta mucha capacidad de evolución. Sin embargo, lo mismo estoy equivocado y resulta que todo está ‘ferpecto’ como está: