‘No es país para cuerdos: dinero público’
“El dinero no se tira”. Nos lo han dicho desde chicos, pero parece que no a todos lo hicieron o que cuando es dinero público duele poco. Al menos es lo que parece cuando se dejan para saqueadores edificios públicos en vez de que lo aprovechen colectivos de la zona u otras finalidades provechosas. Sucedió con los cuarteles militares y con el Hospital Naval, entre otros ejemplos, y ahora también ha sucedido con el antiguo centro de salud de San Antón, que parece que se ha dado una vuelta por Gaza.
Un conocido me comentó con tristeza el estado de la instalación sanitaria de la castiza villa cartagenera. Me acerqué, miré y otra vez pensé: “¡Qué poco duele el dinero público!”, en este caso, autonómico. Han robado hasta lo que no se puede robar. Parece que han traído un edificio de Gaza. Es una pena para los españolitos de a pie, pero parece que no para los que se sientan en sillones con mando. Como he dicho antes, pasó con otras instalaciones. ¿Tanto cuesta cederlas o buscarles una solución antes de que se deterioren o comiencen a ser visitadas por los amigos de lo ajeno? Los políticos dirán que si es propiedad estatal, que si es regional o que si es local. A los votantes sin cargos públicos nos da igual de quien sea y nos duele lo que hacen, pues los condenan al derrito o a tener que invertir muchos euros para resucitarlos. ¿Eso es gestión? Lo razonable o cuerdo, en estos tiempos que tanto se habla de reciclar, sería aprovecharlos cuando todavía tienen ‘salud’.
Claro que, como siempre digo, lo mismo estoy equivocado o exagero porque no pasa nada por dejarlos a la deriva y que todo es ‘ferpecto’.